Dejar atrás la grieta es necesario y posible, para sacar adelante al país
Así reflexiono el senador Pablo Blanco, luego de la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Estoy en paz, sin molestias ni rencores, fui coherente y transparente” dijo el senador fueguino ante la posición adoptada.
31 de Diciembre 2020: Por Pablo Daniel Blanco Senador Nacional por Tierra del Fuego; Varias son las enseñanzas que, como Senador de la Nación, me dejó el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo cuyo resultado claramente no comparto pero respeto profundamente. Tengo la conciencia tranquila de haber actuado según mi leal saber y entender. Estoy seguro de no haber defraudado a quienes me confiaron su voto para que los represente en el Congreso de la nación. Fui coherente y transparente. Anuncié durante la campaña electoral cuál sería mi posición de tratarse esta ley y cumplí. Estoy en paz, sin molestias ni rencores.
Durante todo el tratamiento del proyecto trabajé en equipo, asistí a todas las reuniones de comisión, escuché opiniones de todos los colores y a especialistas de primer nivel. Mantuve reuniones con Verdes y Celestes, no le cerré la puerta a nadie y escuchando a todos me enriquecí. Todos los que participamos de este proceso con tanta pasión y entusiasmo aprendimos el valor del trabajo conjunto.
Creo que el Parlamento Nacional dio una muestra de que es posible trabajar mancomunadamente para dejar definitivamente atrás la grieta que tanto mal nos ha hecho y nos hace. Quizá no todos lo sepan pero tanto los senadores celestes como verdes participamos de grupos de conversación políticamente transversales. No nos importaba ni la pertenencia ni la especulación política, lo único que nos interesaba era encontrar denominadores comunes que nos permitieran sacar adelante un objetivo. Así lo hicimos todos; doy fe histórica de ello. Todos hablamos con todos. Todos intercambiamos opiniones y sentimientos genuinos. Todos fuimos conscientes de la trascendencia del asunto y de nuestra responsabilidad individual y colectiva.
Obviamente unos festejaron y otros no. Pero todos lo hicieron desde su íntimo compromiso y convicción. Sin rabia, sin enojos, sin ironías ni burlas hirientes.
Creo que una de las grandes lecciones que nos dejó todo el período de tratamiento de este tema es, justamente, el de que es posible trabajar así. ¿Si pudimos hacerlo tras un objetivo como el de legalizar el aborto por qué no hacer lo mismo para sacar adelante al país armando una lista de prioridades que nos permitan trabajar codo a codo?
Estoy convencido de que este es el camino. De que es posible avanzar cerrando la grieta, quitando obstáculos que nos separan para poder marchar juntos hacia una Argentina mejor. Un país que lo tiene todo para salir adelante y al que sólo le hacen falta acuerdos y la firme decisión política de poner lo mejor de nosotros para hacerlos cumplir.