PAÍS

Bullrich, la jugó de callada y cedió las viviendas que permanecían al “procrear” a un puñado de agentes de las Fuerzas Federales

El detalle es que esas viviendas ya tenían nombre y apellido. Habían sido sorteadas y adjudicadas a diferentes familias en diciembre de 2023, cuando Procrear aún funcionaba como una política pública.

En medio de la crisis habitacional por los altos costos de los alquileres, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la jugó de callada y se apropió de las llaves de los 160 departamentos del edificio Sagol, una de las últimas obras que se construyeron en el tercer cordón del conurbano bonaerense con los fondos del programa Procrear –el cual fue eliminado recientemente por el Ministerio de Economía–.

Felices Fiestas

Mientras la atención pública y mediática se concentró este martes en las repercusiones por la ratificación de la condena y la proscipción política a Cristina Fernández de Kirchner, la funcionaria entregó estas viviendas de un modo cuasi clandestino a un puñado de agentes de las Fuerzas Federales, en un acto que se ocultó de forma hermética mediante un gran operativo policial —para evitar llamar la atención de los medios y la opinión pública— a pocas cuadras de la estación de trenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, del partido bonaerense de Avellaneda.

Sin embargo, como se indicó en este diario, esas viviendas ya tenían nombre y apellido. Habían sido sorteadas y adjudicadas a diferentes familias en diciembre de 2023, cuando Procrear aún funcionaba como una política pública de alcance federal para solventar los problemas en el acceso a la vivienda propia.

Más de 40 familias denuncian haber esperado en vano durante todo 2024 una respuesta de la ex Secretaría de Desarrollo Territorial, Hábitat y Vivienda. Tras presentar numerosos recursos judiciales ante la Nación y los bancos asociados al programa, siguieron con las manos vacías.

En tanto, los damnificados acudieron a las autoridades de la provincia de Buenos Aires y de Avellaneda, quienes respondieron que tampoco tenían novedades desde la gestión de Javier Milei sobre la continuidad del Procrear. Presentaron siete amparos, de los cuales la Justicia  no expidió ninguno.

No obstante, el silencio se rompió el último viernes, cuando el Municipio recibió un pedido de autorización del Ministerio de Seguridad Nacional para hacer un acto fugaz en su distrito, con un operativo policial que cortaría las calles principales,para hacer la entrega de las llaves de al menos 25 departamentos a las Fuerzas Federales. 

RIO GRANDE

El aviso del Municipio cayó como un piano de cola desde un quinto piso a los damnificados que, incrédulos, acudieron ese día para exigir respuestas al Gobierno. “Nos enteramos de carambola, podríamos haber seguido esperando y no haber sabido nada”, cuestionó Daniela, una de las ganadoras del último sorteo Procrear, a Página|12. A sus 45 años, como trabajadora social de un hospital público, “entre otros laburos”, y con un hijo menor de edad a su cargo, dejar de pagar un alquiler costoso (en el que deja más del 50% de su sueldo) y pasar a invertir en su propia vivienda con un crédito económico, era una salvación

“La verdad es que estaba muy ilusionada, y sinceramente, el gobierno de Milei me cagó por todos lados. No esperaba que nos sacaran así del juego. Nos borraron un plumazo como si no hubiésemos tenido nada que ver con ese edificioTodas las familias esperamos habitar ese lugar con mucha ilusión“, sostuvo.

El robo blindado

El acto tuvo lugar en la entrada del complejo urbanístico, en la intersección de las calles Luis Raúl Sagol, Mariano Acosta y Díaz Vélez. Por estricta decisión del Ministerio de Seguridad, no hubo convocatoria pública ni cobertura mediática: solo participaron integrantes de las Fuerzas Federales y algunas figuras políticas del oficialismo y del macrismo, como los diputados José Luis Espert y Gerardo Milman, respectivamente.

Mientras se entregaban las llaves entre aplausos de oficiales y discursos, el operativo de seguridad impedía el ingreso de quienes alguna vez fueron adjudicatarios legítimos de esas viviendas. La policía los interceptó y acorraló contra la estación de trenes, apenas a unas cuadras del edificio que algún día creyeron que habitarían. Nadie los recibió. Nadie les dio explicaciones. Solo pudieron mirar desde lejos cómo sus casas eran entregadas a otros.

Daniela contó que, antes del comienzo del acto, logró entablar una conversación con un policía del operativo. “Me dijo que a ellos se los regalaban (los departamentos)“. De pronto, tras revelarle que era una de las damnificadas, el agente le habría respondido que desconocía del procedimiento de entrega de las viviendas, y la corrió con los demás hacia la estación de trenes.

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