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¿Estados Unidos se mete de lleno en la guerra entre Israel e Irán?: 30 aviones cisterna viajan rumbo a Europa

En un contexto en el que se recrudece el conflicto bélico en Oriente Medio, Donald Trump analiza cómo debe actuar el país que preside.


Mientras continúa la incertidumbre sobre el papel que puede jugar Estados Unidos en el actual conflicto entre Israel e Irán, al menos 30 aviones militares estadounidenses fueron trasladados desde bases en Estados Unidos a Europa en los últimos tres días.

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En una maniobra sorpresivamente sincronizada, aviones cisterna KC-135R y KC-46A de la Fuerza Aérea de Estados Unidos partieron rumbo al Atlántico. Aunque este tipo de desplazamientos no resulta inusual por sí solo, la magnitud, la coordinación y el contexto —marcado por un pico de tensión entre Israel e Irán— encendieron las especulaciones sobre un posible cambio en la estrategia de Washington frente al conflicto.

Además del movimiento de cisternas, otras señales apuntaron a una acumulación militar estadounidense en el teatro de operaciones. El grupo de combate encabezado por el portaaviones USS Theodore Roosevelt se desplaza hacia el océano Índico desde el Mar de China Meridional, aumentando la proyección naval frente a Irán.

Aunque las autoridades estadounidenses aún no hicieron declaraciones oficiales sobre el propósito de estos movimientos, algunos analistas coinciden en que se está configurando un despliegue con múltiples propósitos: disuasión, apoyo logístico, flexibilidad táctica y preparación para una posible escalada directa.

Las distintas hipótesis sobre el envío de aviones estadounidenses a Europa

El hecho de que el despliegue no esté vinculado a ejercicios rutinarios, como el multinacional que se avecina en Noruega, da lugar a cuatro hipótesis relacionadas:

  • Apoyo a la ofensiva: la explicación más inmediata y lógica sería que Estados Unidos esté preparando apoyo logístico aéreo para permitir que Israel amplíe y acelere su ofensiva sobre Irán. La limitada flota de reabastecimiento israelí, compuesta por apenas siete viejos Boeing 707, restringe de forma drástica la frecuencia, duración y alcance de sus incursiones sobre territorio iraní. La presencia de cisternas estadounidenses aumentaría de forma significativa la capacidad de generar salidas sostenidas.
  • Intervención directa: el movimiento puede indicar preparativos para una entrada directa de Estados Unidos en la guerra aérea. Las cisternas serían imprescindibles tanto para apoyar a Israel como para mantener en el aire a cazas y bombarderos estadounidenses en caso de que se autoricen operaciones cinéticas. Esta intervención, aunque transformaría radicalmente la postura oficial de Washington, podría ser precipitada por un ataque iraní a intereses estadounidenses en la región o por una decisión política en respuesta a una escalada crítica. 
  • Cerrar el estrecho: la preparación ante la posibilidad de que Irán intente bloquear el estrecho de Ormuz, una jugada que transformaría el conflicto en un evento de impacto global inmediato. Reabrir el paso marítimo requeriría una operación aérea sostenida a gran escala: neutralizar radares, sistemas de defensa costera, lanzadores móviles de misiles antibuque, e incluso patrullas de pequeñas embarcaciones. 
  • Un puente aéreo: la hipótesis más funcional y menos confrontativa sería la creación de un puente aéreo robusto que facilite el flujo de activos militares hacia la región. Este puente permitiría no solo el despliegue de aviones de combate, sino también operaciones globales como las de los bombarderos B-2, únicos activos convencionales capaces de penetrar y destruir instalaciones nucleares profundamente enterradas en Irán. 

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