Los pueblos originarios de Tierra del Fuego dicen NO a las salmoneras
Las comunidades selk’nam y yagan rechazan las modificaciones a la Ley 1355 y exigen el cumplimiento del derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada. “Nuestros territorios no son zonas de sacrificio”, afirman.
Las comunidades indígenas Rafaela Ishton (pueblo Selk’nam) y Paiakoala (pueblo Yagán), originarias de la Isla Grande de Tierra del Fuego, expresaron un firme rechazo a los proyectos de salmonicultura impulsados por legisladores provinciales y presentados en las últimas semanas, especialmente aquellos que buscan modificar la Ley Provincial N° 1355, que prohíbe esta práctica en aguas fueguinas.
A través de un extenso documento dirigido a la Legislatura Provincial, ambas comunidades reafirmaron su rol como guardianes del mar y la tierra, territorios ancestrales profundamente vinculados a su historia, cultura y espiritualidad. También denunciaron el incumplimiento del derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada (CPLI), establecido en el Convenio 169 de la OIT y otros instrumentos internacionales que protegen los derechos de los pueblos originarios.
“No se nos consultó. No consentimos. No lo permitiremos”
Las comunidades señalan con preocupación que los proyectos actuales carecen de CPLI, un derecho fundamental que debe ser garantizado antes de tomar decisiones legislativas o administrativas que puedan afectar sus territorios y modos de vida.
“El desconocimiento del derecho a la CPLI es una nueva forma de negar nuestra existencia como pueblos preexistentes”, advierten. “Nuestros territorios no pueden ser convertidos en zonas de sacrificio. Somos parte de la naturaleza y cohabitamos con ella. El mar y la tierra no son recursos: son cuerpos vivos con historia, memoria y derechos”, expresan.
Riesgos de un modelo extractivo disfrazado de “sustentabilidad”
El rechazo se dirige especialmente al asunto 143/2025, presentado por el bloque de La Libertad Avanza (legisladores Cotto y Graciania), que propone incorporar un artículo 2° bis a la ley vigente, permitiendo que la autoridad de aplicación autorice proyectos salmoneros según su “sustentabilidad económica”.
Las comunidades denuncian que esta lógica pone la rentabilidad por encima del ambiente y de los derechos humanos, sin definir claramente las especies involucradas ni los criterios técnicos o ambientales.
“Se dijo en comisión que si es rentable, se autoriza. Esto es alarmante”, subrayan. “La rentabilidad no puede ser el único parámetro. Los daños ambientales pueden ser irreversibles y no se ha evaluado el impacto real que estos proyectos podrían tener en nuestros ecosistemas”.
Una historia de extractivismo y resistencia
Desde la instalación de la industria peletera en el siglo XVIII, pasando por el genocidio asociado al avance de la lana en el siglo XIX, hasta la introducción de especies exóticas como la trucha, los pueblos originarios de Tierra del Fuego han resistido distintos frentes extractivos que afectaron sus territorios y sus formas de vida.
“El salmón no es parte de nuestro ecosistema. Ya hemos visto el impacto negativo de especies ajenas sobre nuestros peces nativos, como el puyén. No queremos repetir esa historia”. indicaron.
Exigencias concretas: Paralización y consulta obligatoria
Frente a este escenario, las comunidades exigen de forma categórica:
- La paralización inmediata de cualquier proyecto o tratamiento legislativo que no haya cumplido con la CPLI.
- La implementación de mesas de diálogo intercultural, donde puedan participar con voz y decisión.
- El reconocimiento efectivo de sus derechos colectivos, tal como lo establece el marco legal argentino e internacional.
- La prohibición de cualquier proyecto en territorios ancestrales sin consulta y consentimiento previo.
“No se puede hablar de sustentabilidad sin sustento científico, ni sin el consentimiento de quienes habitamos estos territorios desde tiempos inmemoriales”. afirmaron
Las comunidades hacen un llamado a la sociedad fueguina, organizaciones ambientales, sociales y de derechos humanos, a sumarse al rechazo a las salmoneras en Tierra del Fuego.