Residencias médicas en crisis: Un pilar estratégico del sistema de salud en riesgo.
Desde la Federación Argentina de Cardiología advierten sobre el deterioro del sistema de residencias y llaman al Estado a revisar el nuevo marco normativo. La precarización compromete la calidad de atención y la formación de especialistas.
Las residencias médicas son el corazón del sistema de formación de posgrado para profesionales de la salud en Argentina. Su historia se remonta a fines del siglo XIX en Europa, con figuras pioneras como Theodor Billroth en Austria, quien introdujo programas prácticos en hospitales. El modelo se consolidó en el siglo XX, particularmente en Estados Unidos con instituciones como el Hospital Johns Hopkins, que establecieron el estándar global en educación médica especializada.
En Argentina, el sistema de residencias comenzó a implementarse en la década de 1940, con la creación de la primera residencia en el Hospital de Clínicas “José de San Martín”. Desde entonces, se ha convertido en un componente clave para la formación de especialistas a través de programas estructurados, con supervisión, evaluación continua y un marco normativo específico.
Mucho más que formación médica
El modelo de residencias ha evolucionado para abarcar no solo la medicina, sino también otras profesiones del ámbito sanitario como odontología, bioquímica, farmacia, trabajo social, psicología, e incluso disciplinas conexas como la arquitectura hospitalaria, la economía de la salud y el derecho sanitario.
En muchas instituciones del país, los residentes constituyen el principal recurso humano disponible para la atención diaria, desempeñando un rol esencial tanto en el aspecto asistencial como en la formación de futuros docentes e investigadores en salud.
Precarización estructural: una amenaza para la salud pública
Sin embargo, la Federación Argentina de Cardiología advierte sobre un grave deterioro en las condiciones laborales y académicas que enfrentan los profesionales en formación. Bajos salarios, sobrecarga horaria, falta de financiamiento, planificación deficiente y escasa proyección de carrera son algunos de los factores que atentan contra la dignidad de los residentes y, por ende, contra la calidad de la atención que recibe la población.
“La degradación del sistema de residencias no es un problema sectorial ni gremial: es un problema de salud pública, de equidad y de planificación estatal”, sostienen desde la entidad.
Un llamado urgente al Estado
La Federación hace un llamado a las autoridades sanitarias nacionales para que revisen de manera urgente el nuevo marco normativo y convoquen a instancias de diálogo amplio y participativo. El objetivo: consolidar un modelo de formación sanitaria con criterios federales, estabilidad y proyección profesional, que permita retener y jerarquizar el talento joven en el sistema de salud.
“No se puede fortalecer el sistema sanitario si las bases de contratación del personal que lo sostiene están precarizadas”, afirman.
La entidad propone una relación contractual clara y digna para los residentes, que los incluya en un proyecto de carrera sanitaria con continuidad dentro del sistema, y no como una figura de excepción sin garantías laborales ni futuro cierto.
Por una salud pública de calidad, federal y accesible
En su declaración, la Federación recuerda que la historia del sistema de salud argentino, aunque con altibajos, se ha construido con ciencia, compromiso y vocación. Y reitera que la defensa del sistema de residencias es, en definitiva, la defensa del derecho a la salud en su sentido más integral. “Trabajemos juntos para que el acceso universal a la salud deje de ser una promesa y se convierta en una realidad concreta para todos los argentinos.”
Federación Argentina de Cardiología