El Termómetro del Malestar: Reclamos, desgaste y exigencias en el sistema de salud fueguino.
Mientras trabajadores técnicos del Hospital Regional Río Grande exigen mejores condiciones, médicos también alzan la voz por una crisis estructural que atraviesa al sistema sanitario de la provincia. Mientras las voces se alzan en los reclamos, la administración de Gustavo Melella esta mas preocupada en la reforma constitucional, y mantener su inmensa estructura política, que por solucionar los problemas en el sistema de salud como en otros sectores.
Este lunes se llevó adelante una importante reunión en la Dirección del Hospital Regional Río Grande – Zona Norte, con la participación de la ministra de Salud, Judit Di Giglio, autoridades del nosocomio, representantes gremiales de ATE Río Grande y trabajadores del área de Ingeniería Hospitalaria, quienes plantearon las problemáticas laborales que vienen atravesando en el sector de calderas, mantenimiento y soporte técnico.
Por parte del gremio participaron la secretaria general adjunta, Violeta Santander; el secretario gremial, Antonio Cardoso; el secretario de Salud y Seguridad Laboral, Oscar Rojas Peralta; y el vocal Cristian Balmaceda, acompañando a quienes sostienen a diario el funcionamiento operativo del hospital.
El encuentro, considerado un primer paso hacia soluciones estructurales, tuvo como objetivo abordar el deterioro de las condiciones laborales en un sector clave para la operatividad del sistema hospitalario, especialmente durante el invierno, donde el mantenimiento del sistema térmico es esencial.
Desde ATE reafirmaron su compromiso con los trabajadores y trabajadoras del sistema de salud, y subrayaron que “la salud pública se defiende también desde adentro”, exigiendo que todas las voces del hospital sean escuchadas con respuestas concretas, no promesas.
Pero esta reunión no es un caso aislado: es apenas un síntoma de una crisis más profunda. En Tierra del Fuego, el sistema de salud pública transita un momento crítico y prolongado, agravado por la fuga sostenida de médicos, especialistas y profesionales, quienes, ante la precarización y el aumento del costo de vida, optan por abandonar la provincia.
Fuga médica en Tierra del Fuego
Salarios estancados, vínculos laborales inestables y condiciones profesionales que no mejoran son el combo perfecto para desalentar la permanencia. Algunos regresan a sus provincias de origen, otros migran al sector privado o directamente al exterior. El sistema de salud es caótico en la provincia y las autoridades no escuchan, .indicó un profesional de la salud a Correo Diario.
Decenas de médicos abandonaron sus puestos en los últimos dos años, desde SIPROSA alertan que el sistema está sostenido “con alambre”. No por falta de compromiso, sino por la ausencia de una política sanitaria integral que retenga talento, mejore condiciones y reordene prioridades. La salud fueguina, afirman, se sostiene por la voluntad de sus trabajadores, pero esa voluntad no es infinita.
A esto se suma una gestión fragmentada, reactiva y sin respuestas de fondo. Aunque se anuncian inversiones en infraestructura, los problemas de base siguen sin resolverse. Y mientras tanto, la administración de Gustavo Melella parece más preocupada en avanzar con la reforma constitucional y sostener la inmensa estructura política que genera con gastos exorbitantes, que en resolver las urgencias del sistema de salud y otros sectores sensibles.
El panorama es tan claro como alarmante: sin médicos, no hay salud pública posible. Y sin decisiones urgentes y estructurales, lo que hoy es una crisis puede convertirse en colapso. Los profesionales y los gremios ya alzaron su voz. La pregunta ahora es cuándo escuchará el Gobierno.
Redacción: Correo Diarios