China exhibe su poderío militar con Xi, Putin y Kim al frente
En un imponente desfile en Beijing, China celebró la rendición japonesa de 1945 con una demostración sin precedentes de tecnología militar, acompañado por los líderes de Rusia y Corea del Norte. Xi Jinping advirtió sobre los riesgos de la confrontación global y defendió un orden internacional basado en la igualdad entre naciones.
En un acto cargado de simbolismo y mensaje geopolítico, China paralizó su capital, Beijing, para desplegar una muestra de fuerza militar sin precedentes, con motivo del aniversario número 80 del fin de la Segunda Guerra Mundial en Asia.
El presidente Xi Jinping, flanqueado por sus homólogos Vladimir Putin (Rusia) y Kim Jong-un (Corea del Norte), encabezó la ceremonia desde la plaza de Tiananmen, donde declaró; “El gran rejuvenecimiento de la nación china es imparable, y nadie podrá bloquearlo. La noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad triunfará”.
El arribo de los tres mandatarios fue recibido con 80 salvas de cañón, símbolo de los 80 años desde la rendición formal de Japón, firmada en 1945.
Tecnología de punta y advertencias estratégicas
El desfile de 90 minutos incluyó algunos de los sistemas de armas más avanzados del arsenal chino:
- Drones con inteligencia artificial, capaces de operar sin intervención humana
- El avión de alerta temprana KJ-600, diseñado para despegar desde portaaviones
- El dron submarino AJX002, un vehículo de forma tubular con hélice trasera
- Los misiles hipersónicos antibuque YJ-20, YJ-21 y el DF-61, un misil intercontinental nuclear de última generación, que provocó una ovación del público
- El temido DongFeng-5C, presentado como un misil de “alcance global”
- Sistemas de defensa antimisiles HQ-20 y HQ-29
- El moderno tanque Type 99B, con capacidad de defensa activa contra drones
- El lanzacohetes múltiple PHL-16, apodado “el Himars chino”, pensado para un eventual conflicto en el Estrecho de Taiwán
Xi: “Paz, pero con condiciones claras”

Durante su discurso, Xi Jinping ofreció una visión dual del presente global; “Nuestro pueblo, que no teme a la violencia y que es autosuficiente y fuerte, realizó una gran contribución para salvar la civilización humana. Hoy, el mundo enfrenta nuevamente una encrucijada: paz o guerra, diálogo o confrontación”.
Y añadió con tono diplomático pero firme; “Solo cuando los países se tratan como iguales y viven en armonía puede salvaguardarse la seguridad común, y evitar que se repitan las tragedias de la historia”.
Palomas de paz, pero tensión regional
El evento finalizó con una suelta de 80.000 palomas blancas y globos multicolores. Sin embargo, el tono de paz contrastó con el claro mensaje estratégico hacia Occidente, en especial hacia Estados Unidos y sus aliados en Asia-Pacífico.
Desde Taiwán, el presidente William Lai respondió de inmediato; “El poder militar no debería usarse para la agresión ni la expansión territorial. No conmemoramos la paz con el cañón de un arma”.
Una versión de la historia que desafía al relato occidental
Además de la exhibición militar, el acto buscó reivindicar el rol de China en la Segunda Guerra Mundial, que según la prensa estatal ha sido “subestimado y omitido por Occidente”.
Los historiadores chinos sostienen que el conflicto comenzó en realidad en 1931, con la invasión japonesa a Manchuria, y no en 1939 como indica la narrativa tradicional europea. Durante esos años, China sufrió más de 35 millones de bajas, entre militares y civiles.
¿una nueva alianza estratégica?
La presencia conjunta de Xi, Putin y Kim Jong-un no pasó inadvertida. El encuentro se interpretó como una señal clara de alineamiento entre los tres líderes en un momento de creciente tensión con Washington, especialmente por los conflictos en Ucrania, Taiwán y la península de Corea.
China busca consolidar su rol como potencia global no solo económica, sino también militar, mientras defiende un orden multipolar que desafíe la hegemonía occidental.