Agrupaciones ecologistas se moviliza contra las salmoneras en Tierra del Fuego

Este martes las calles de Ushuaia volverán a ser escenario de una causa que late con fuerza en el corazón de la comunidad fueguina. A partir de las 15:30 horas, vecinos, vecinas y organizaciones ambientalistas se concentrarán frente a la Legislatura provincial en pleno centro de la ciudad, sobre calle San Martín para expresar su rechazo a un proyecto que podría cambiar para siempre el ecosistema marino del sur del país.

La iniciativa legislativa busca modificar la Ley 1355, sancionada en 2021, que convirtió a Tierra del Fuego en la primera provincia de Argentina en prohibir la salmonicultura en aguas abiertas. Hoy, ese hito ambiental se encuentra amenazado por un intento de revertir esa decisión y abrir la puerta a una actividad que ya ha dejado huellas devastadoras en otros lugares del mundo.

Desde distintos rincones de la provincia, agrupaciones ecologistas se organizan para llegar a la capital y ser parte de esta nueva jornada de lucha. No podrán entrar al recinto, pero no les importa: saben que la calle también es territorio de resistencia.

“Es ahora cuando más se necesita que estemos unidos para decirle NO a las salmoneras”, expresaron desde la organización. Hablan desde la experiencia de quienes conocen el valor del Canal Beagle, no solo como símbolo natural, sino como fuente de vida, sustento, identidad. Temen que las jaulas flotantes con su carga de antibióticos, residuos y riesgos afecten irremediablemente un entorno que aún se conserva en estado prístino.

La concentración no será solo una protesta, sino una señal de alerta para quienes toman decisiones dentro del edificio legislativo. Porque lo que está en juego es mucho más que una ley: es el futuro de un ecosistema frágil, es el derecho a decidir sobre el propio territorio, es el compromiso con las próximas generaciones.

A pocos días del inicio del invierno, el frío será intenso, pero eso no detendrá a quienes creen que defender el mar también es defender la vida. Frente a las puertas de la Legislatura, una comunidad volverá a decir que no está dispuesta a ceder lo irrecuperable.