El embajador de Trump para Argentina elogió a Milei y prometió una alianza “sin precedentes”
En su audiencia ante el Senado de EE.UU., Peter Lamelas calificó a Milei como “amigo” de Trump, apuntó contra China y reafirmó la postura de Washington sobre Malvinas.
Peter Lamelas, el embajador designado por Donald Trump para representar a Estados Unidos en Argentina en caso de un eventual regreso a la Casa Blanca, se presentó este martes ante el Senado norteamericano en el marco de su audiencia de confirmación. Allí, elogió al presidente Javier Milei, prometió una alianza bilateral “sin precedentes” y lanzó duras críticas hacia regímenes autoritarios y la creciente influencia de China en América Latina.
“El presidente Milei es un amigo del presidente Trump. Alcanzaremos niveles de cooperación nunca antes vistos”, aseguró Lamelas, quien se mostró entusiasta por profundizar el vínculo bilateral si se concreta un nuevo mandato republicano en Washington.
Duras críticas a China y advertencia regional
Durante su intervención, el futuro diplomático apuntó directamente contra “la influencia maligna” de países como China, Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán, a los que acusó de “socavar los valores democráticos” en la región. “Trabajaré para mantenerlos fuera del continente”, advirtió.
También calificó a Argentina como un “jugador clave” para la estabilidad regional y subrayó la necesidad de una relación estratégica más estrecha entre ambos países.
Comercio y Malvinas: los temas sensibles
Consultado sobre un eventual acuerdo comercial, Lamelas afirmó que su prioridad será reducir las barreras no arancelarias que dificultan el flujo comercial entre Argentina y Estados Unidos.
Respecto al histórico reclamo argentino sobre la soberanía de las Islas Malvinas, el embajador mantuvo la posición tradicional de neutralidad de Washington, al afirmar que Estados Unidos “no reconoce el reclamo ni de Argentina ni del Reino Unido” sobre el archipiélago.
Las declaraciones de Lamelas reavivan viejos fantasmas en América Latina, centrada en la contención de potencias extranjeras y la tutela estadounidense sobre el continente. En este marco, su llegada a Buenos Aires podría marcar un giro en la política exterior de EE. UU. hacia una lógica más agresiva, con un tono marcadamente ideológico.