Kicillof anunció el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses
Se realizarán el 7 de septiembre. "Tengo facultad para fijar la fecha de las elecciones provinciales, y la ejerzo como corresponde con el objetivo de garantizar un calendario electoral serio", dijo en conferencia de prensa el gobernador de la provincia de Buenos Aires.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, anunció hoy el desdoblamiento de las elecciones legislativas bonaerenses, por lo que los comicios en el distrito se realizarán el 7 de septiembre.
“Tengo facultad para fijar la fecha de las elecciones provinciales, y la ejerzo como corresponde con el objetivo de garantizar un calendario electoral serio”, subrayó en conferencia de prensa.
Para despejar dudas, el mandatario provincial aseguró que seguirá trabajando por la “unidad” del peronismo.
Kicillof justificó la medida en la implementación de la Boleta Única por parte del gobierno nacional, al advertir que “resulta inviable votar” el mismo día con ambos sistemas porque cada persona debería sufragar “con dos urnas distintas y dos boletas distintas”, dijo en conferencia de prensa.
Anteriormente, había anunciado también que enviará a la Legislatura un proyecto del Poder Ejecutivo para establecer la suspensión de las PASO por este año.
“Tengo la responsabilidad de tomar decisiones que sean a favor de la provincia”, planteó Kicillof.
Lo cierto es que no existen registros cercanos de algún dirigente del peronismo que hubiera osado desoír las directivas de Cristina Kirchner del modo en que hoy lo hizo el gobernador bonaerense, al anunciar el desdoblamiento de las elecciones y convocar a votar en el distrito el 7 de septiembre.
Ni en el peronismo, en general, ni en la provincia de Buenos Aires, en particular, nadie se había atrevido en el último tiempo a desafiar a la conducción de la referente que hace gala de tener un 30 por ciento de núcleo duro de votos en el conurbano.
No lo hizo Daniel Scioli, que siempre acató las directivas, ni tampoco Florencio Randazzo, que probó sin suerte plantarse contra La Cámpora.
Resultó ser Kicillof, acaso de quien menos se esperaba un gesto de autonomía, el responsable de arriesgarse y contradecir a sus socios políticos del kirchnerismo, que pretendían mantener las elecciones legislativas nacionales y provinciales en el mismo día, como manda la tradición en el PJ.
Con esta medida, anunciada no sin nervios, el gobernador se metió además con el elefante no blanco sino gigante del sistema electoral de la provincia, que al calor de las necesidades del peronismo viene unificado con el calendario nacional desde la reforma de 1994.
El interrogante que se abre sobre la figura de Kicillof es si este desafío abierto a su (¿ex?) jefa política y a sus ex compañeros de militancia alumbrará finalmente un nuevo liderazgo -superador- en el peronismo, que todavía no encuentra la manera de enfrentar a ese adversario desconocido llamado libertarios.
Como toda jugada de riesgo, la decisión tiene efectos inciertos y podría exponer al gobernador a consecuencias no deseadas: si sale bien, el mérito será todo suyo; si contribuye a la dispersión y a la derrota electoral, las facturas caerán sobre el peronismo por no haber logrado la unidad para enfrentar a Javier Milei.