La crisis silenciosa de la lectura: Uno de cada diez niños de tercer grado no puede leer textos simples.
Miles de niños en Argentina atraviesan la escolaridad sin haber adquirido una de las herramientas más fundamentales: la lectura. Según los últimos datos de las Pruebas Aprender 2024, el 11,6% de los estudiantes de tercer grado en el país no logra leer textos simples, lo que indica que no alcanzaron las competencias básicas de alfabetización. Esta cifra, revelada por el informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, marca un llamado urgente a actuar.
El estudio, elaborado por el Observatorio de Argentinos por la Educación y firmado por Leyre Sáenz Guillén y Víctor Volman, fue realizado a una muestra de más de 91.000 alumnos en 4.178 escuelas primarias. La prueba, centrada exclusivamente en lectura, se enmarcó en el Plan Nacional de Alfabetización y fue impulsada por la Campaña Nacional por la Alfabetización, que cuenta con el apoyo de más de 200 organizaciones.
Según los últimos resultados de la prueba Aprender Alfabetización 2024, el 11,6% de los estudiantes de tercer grado en todo el país no logra leer textos simples, es decir, carecen de las competencias básicas de alfabetización. Es la primera vez que los datos de esta evaluación revelan de forma tan clara una brecha profunda en la comprensión lectora de los más chicos.
“Los resultados, especialmente los que visibilizan la situación del 11,6% de los estudiantes que no saben leer, son muy crudos. La alfabetización tiene que ser una prioridad urgente para toda la sociedad”, sostuvo Víctor Volman, uno de los autores del informe.
La prueba clasifica a los estudiantes en seis niveles de desempeño. Los niveles más bajos —“lector incipiente” (3,3%) y nivel 1 (8,3%)— agrupan a quienes no logran leer con sentido. El nivel 2 (18,8%) comprende a estudiantes que pueden leer textos simples pero con dificultad. Recién a partir del nivel 4 (26,4%) se considera que un niño tiene un dominio sólido de lectura, capaz de comprender e interpretar textos complejos.
Los números también revelan profundas desigualdades. En el sector estatal, solo el 39% de los alumnos alcanza niveles altos, frente al 62,4% en escuelas privadas. Por nivel socioeconómico, las diferencias son aún más alarmantes: mientras el 66,8% de los estudiantes de mayor nivel socioeconómico comprende textos complejos, solo el 32% de los de nivel bajo alcanza ese mismo rendimiento. En el extremo más preocupante, casi uno de cada cinco niños de hogares humildes no puede leer textos simples.
La desigualdad también se refleja a nivel geográfico. Chaco, Santa Fe y Misiones encabezan la lista de provincias con mayores porcentajes de niños que no alcanzan el nivel básico de lectura, mientras que Córdoba, Santa Cruz y la Ciudad de Buenos Aires registran los índices más bajos de esta problemática.
El informe también plantea que los niveles de desempeño intermedios, como el nivel 2, no deben subestimarse. Son estudiantes que apenas pueden leer y responder sobre información explícita, pero que aún no logran hacer inferencias o comprender sentidos más complejos. Según Irene Kit, de la Asociación Educación para Todos, “estos alumnos enfrentan su cuarto grado con dificultades importantes. Deben ser atendidos cuanto antes, para consolidar sus habilidades lectoras”.
Más allá de los datos duros, el consenso entre especialistas es claro: la alfabetización debe convertirse en una prioridad nacional, no solo declarativa, sino con políticas concretas, recursos y compromiso real.
A pesar del diagnóstico preocupante, los expertos coinciden en que contar con esta información es un paso clave. “Nos permite enfocar mejor nuestros esfuerzos, especialmente hacia quienes más apoyo necesitan”, afirma Verónica Cipriota, de la ONG Enseñá por Argentina.