Mientras Argentina calla, el Reino Unido refuerza su ocupación: Construirá un Megaproyecto Portuario en las Islas Malvinas.
El Reino Unido avanza con la construcción de un nuevo puerto en las Islas Malvinas, en abierto desafío a los reclamos de soberanía de la Argentina. Mientras consolida su presencia geopolítica en el Atlántico Sur y la Antártida, el silencio del gobierno nacional y la ausencia de reacción del Ejecutivo fueguino agravan una preocupante desidia frente a la ocupación colonial.
El gobierno británico en las Islas Malvinas, cuya administración Argentina considera ilegítima y colonial, anunció un ambicioso proyecto de infraestructura; la construcción de un nuevo puerto multipropósito que operará como base logística para cruceros, barcos científicos, petroleros y flotas pesqueras internacionales. El megaproyecto, con finalización estimada para 2027, fue presentado como una nueva “puerta de entrada a la Antártida”, consolidando así la presencia británica en una de las regiones de mayor valor geopolítico del Atlántico Sur.
Un avance colonial sin respuesta firme de la Cancillería, ni del gobierno fueguino
Mientras organismos internacionales como la ONU reiteran el llamado al diálogo y reconocen que las Islas Malvinas están sujetas a una disputa de soberanía, el Reino Unido continúa avanzando unilateralmente en la consolidación de su ocupación. Y lo hace sin encontrar una respuesta diplomática enérgica y sostenida por parte del gobierno argentino, que oscila entre la denuncia formal y el silencio estratégico.
Aún más llamativo resulta el silencio del gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, cuya jurisdicción abarca legalmente a las Islas Malvinas. Ni el gobernador Gustavo Melella ni ninguna autoridad provincial, se han manifestado públicamente sobre esta nueva obra que profundiza la ocupación británica. Esa ausencia de pronunciamiento frente a un hecho de enorme gravedad geopolítica y simbólica, refuerza la percepción de abandono del reclamo por parte de quienes deberían encabezar su defensa en el plano regional.
Un puerto para saquear recursos en aguas argentinas
El nuevo puerto estará estratégicamente ubicado para atender a las flotas pesqueras extranjeras que desde hace años operan en el borde de la Zona Económica Exclusiva Argentina, especialmente aquellas de China, Corea del Sur, Taiwán y España. El objetivo es claro, consolidar a las Malvinas como un espacio logístico y comercial, desde donde exportar toneladas de recursos marinos extraídos del Atlántico Sur sin control argentino ni mecanismos de compensación.
La instalación incluirá una nueva ruta de acceso, zona de servicios y capacidad de reparación naval, en un intento por atraer inversiones asiáticas y establecer astilleros capaces de atender a más de 350 buques pesqueros. De concretarse, este desarrollo transformaría a las islas en un polo logístico de nivel regional, ampliando la brecha entre los derechos soberanos de Argentina y la realidad impuesta por la ocupación británica.
La Antártida también en juego
Más allá de su funcionalidad económica, el nuevo puerto responde a una estrategia de control territorial que excede a las Malvinas. Su rol como base para el reabastecimiento de las estaciones en la Antártida refuerza el reclamo británico sobre territorios al sur del paralelo 60, en abierta disputa con los intereses argentinos y chilenos.
La falta de una política exterior coherente, firme y sostenida frente a estas maniobras británicas pone en evidencia una preocupante resignación en torno al reclamo de soberanía. Mientras el Reino Unido actúa, Argentina observa. Y en esa pasividad, se desdibujan no solo los derechos históricos sobre Malvinas, sino también su rol estratégico en la defensa de los recursos del Atlántico Sur y el acceso al continente antártico.