Milei en la Rural: enemigos ideológicos, promesas moderadas y gestos de ruptura política
En un discurso cargado de hostilidad, Javier Milei utilizó la tribuna de la Sociedad Rural para reafirmar su cruzada contra el Estado y quienes defienden la justicia social. Aunque prometió una transformación profunda, las medidas concretas anunciadas fueron más tibias que su retórica. Sin nombrarla, apuntó a su vicepresidenta, Victoria Villarruel, marcando otra grieta en la interna libertaria, y reforzó la narrativa de confrontación con la oposición y con su propio entorno.

Javier Milei volvió a desplegar este sábado en la tribuna de la Sociedad Rural Argentina (SRA) su estrategia preferida: dividir al país entre aliados y enemigos, entre los que abrazan su cruzada contra el Estado y los que insisten en defender herramientas como el gasto público y la justicia social, conceptos que no dudó en demonizar. En un discurso encendido y confrontativo, el presidente reafirmó su amenaza de vetar todas las leyes aprobadas por el Senado en la sesión del pasado 11 de julio —incluido el aumento de emergencia a jubilados— y fue más allá: acusó anticipadamente de “genocidas” a quienes no respalden ese veto.
Atacó con dureza las retenciones agropecuarias, calificándolas de “aberrantes” y “una calamidad”. Sin embargo, al momento de anunciar medidas concretas, se limitó a una reducción parcial. Así, la esperada eliminación total de derechos de exportación para carnes premium quedó en promesa: la tasa pasó del 6,75% al 5% para carne vacuna y aviar. Lo mismo ocurrió con otros productos: el maíz y el sorgo bajan del 12% al 9,5%, el girasol del 7,5% al 5,5%, la soja del 33% al 26%, y sus subproductos (harina y aceite) del 31% al 24,5%.
El tono del discurso fue tan intransigente como la narrativa que La Libertad Avanza viene desplegando, pero contrastó con la práctica reciente del gobierno, que debió intervenir en los mercados cambiarios y financieros —herramientas que el propio Milei suele denostar— para contener una nueva escalada del dólar.
El entorno presidencial también tuvo su protagonismo. Karina Milei, figura clave en el armado libertario, acaparó atención con su cercanía al mandatario: le acercaba comentarios al oído, le mostraba su celular y se mantuvo activa durante toda la presentación. Como en el cierre de listas bonaerense, su presencia fue dominante y estratégica.
El discurso no ahorró dardos envenenados. Aunque sin mencionarla directamente, la vicepresidenta Victoria Villarruel fue blanco evidente. Milei cuestionó duramente las leyes votadas el 11 de julio —sesión que ella encabezó— al considerarlas responsables de un “genocidio económico” que dejaría “a nuestros jóvenes condenados a la pobreza”. Usó una cifra impactante: un supuesto aumento de deuda de 350 mil millones de dólares en valor presente, un cálculo exagerado que ni los empresarios presentes se tomaron en serio.
También le reprochó, en alusión a sus declaraciones sobre reducir gastos en la ex SIDE, que ahora quiera “desfinanciar” áreas que antes pretendía controlar. Y la acusó, sin nombrarla, de usar viáticos legislativos con fines políticos, en referencia a sus visitas a gobernadores del interior.
Tampoco Cristina Fernández de Kirchner escapó a su retórica binaria. La mencionó como emblema del “Partido del Estado” que —según Milei— pretende que el campo financie a “industrias de la casta”. Ironizó sobre la ex presidenta por haber llamado “yuyo” a la soja, e insinuó que ese cultivo fue quien realmente sostuvo la economía durante su mandato.
Nicolás Pino, presidente de la SRA, aprovechó la ocasión para reforzar su perfil institucional. Agradeció la presencia presidencial y elogió la independencia del Poder Judicial, destacando el cumplimiento de la condena a una “ex presidenta”, lo que le valió el único aplauso rotundo de su discurso. Sin embargo, otros pasajes donde defendió el rol del Estado en salud, educación y obras de infraestructura parecieron quedar en contradicción con la doctrina ultraliberal del gobierno.
Pino subrayó la importancia de mantener organismos técnicos como INTA, SENASA y Osprera, y pidió la reactivación de obras fundamentales, como la Hidrovía. Jorge Macri, sentado cerca del orador, aplaudió efusivamente estos planteos. En cambio, Javier Milei evitó cualquier gesto de cortesía hacia el jefe de Gobierno porteño, incluso al ignorar su saludo al final del acto.