Motosierras, deudas y traiciones: Elon Musk rompe con Trump y se arrepiente de su alianza con Milei
El magnate Elon Musk quedó en el centro de una tormenta política tras su distanciamiento con Donald Trump por el aumento de la deuda estadounidense. En las redes, le facturaron su respaldo a Javier Milei y el polémico episodio de la motosierra. Mientras tanto, el Senado aprobó por un voto el controvertido plan fiscal del expresidente republicano.

Mientras el Senado de Estados Unidos aprobó, por un solo voto, el polémico plan fiscal y presupuestario impulsado por Donald Trump, una disputa paralela sacude la escena política: Elon Musk, el empresario tecnológico y exasesor presidencial, protagoniza un cruce mediático con la Casa Blanca y con el propio Trump por el incremento del endeudamiento.
En el centro del conflicto, Musk comenzó a recibir críticas no solo por sus dichos recientes, sino también por su reiterado respaldo al presidente argentino Javier Milei. “Quizás no deberías haber subido la motosierra al escenario y haberte portado como un tonto”, le reprocharon usuarios en redes sociales, recordándole la escena durante la CPAC, cuando Milei le regaló una motosierra plateada en público. Musk respondió: “Punto válido”, y admitió: “Me faltó empatía”.
Durante la campaña presidencial de Trump, Musk fue uno de sus principales aliados. Dirigió fugazmente el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo que, según Javier Milei, se inspiró en el Ministerio de Desregulación comandado por Federico Sturzenegger. Musk celebró con entusiasmo el discurso de Milei en el Foro de Davos y recibió al mandatario argentino en varias visitas a EE.UU., en las que el libertario fue ovacionado por empresarios y referentes conservadores.
Sin embargo, esa alianza parece resquebrajarse. El ahora exfuncionario se mostró abiertamente en contra del proyecto presupuestario impulsado por Trump. “Alcanzar el techo de la deuda es lo único que realmente obligará al gobierno a reducir el despilfarro y el fraude”, escribió Musk, en línea con el ala más dura del conservadurismo fiscal.
La respuesta de Trump no se hizo esperar. “Si se acabaran los subsidios estatales también se acabarían los lanzamientos de cohetes, los satélites y la producción de coches eléctricos”, lanzó el expresidente, apuntando directo a Tesla y SpaceX. Y fue más allá: “Musk recibe más subsidios que cualquier otro en la historia. Sin ellos, probablemente tendría que cerrar todo e irse de regreso a Sudáfrica”.
Musk, por su parte, redobló la apuesta al pedir a los senadores republicanos que rechacen el endeudamiento: “A cada miembro del Congreso que hizo campaña prometiendo reducir el gasto y votó por este presupuesto histórico, debería caérsele la cara de vergüenza”, escribió el lunes en redes sociales. “Y perderán sus primarias el año que viene, aunque sea lo último que haga en esta Tierra”, remató.
En paralelo, el Senado estadounidense aprobó este martes el plan fiscal de Trump por un ajustado 51 a 50, con el voto desempate del vicepresidente James Vance, tras más de 24 horas de debate. Tres senadores republicanos votaron en contra, alertando sobre el impacto del proyecto en el déficit.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), el nuevo esquema implicará un aumento de 3,3 billones de dólares en la deuda pública en los próximos 10 años, cifra superior a los 2,4 billones proyectados en la versión aprobada previamente por la Cámara Baja.
El proyecto contempla mayores fondos para defensa y control migratorio, junto con restricciones al gasto público y la extensión de recortes presupuestarios. Sin embargo, el costo político del endeudamiento amenaza con fracturar aún más al Partido Republicano y deja a Trump enfrentado con figuras clave de su propio espacio.