“No a las salmoneras”: El reclamo que se metió de lleno en la campaña política en Tierra del Fuego
El rechazo a la instalación de salmoneras en el fin del mundo se convirtió en una bandera electoral. Solo un candidato al Senado, Horacio Sotomayor, expresó abiertamente su oposición al proyecto impulsado por Agustín Coto (LLA) y respaldado por el cuestionado gobernador Gustavo Melella. En una provincia clave para la soberanía marítima y ambiental, la voz del pueblo comienza a sonar con fuerza.
El rechazo a la instalación de salmoneras en Tierra del Fuego irrumpió de lleno en la campaña electoral rumbo a las elecciones del 26 de octubre. Hasta el momento, solo un candidato al Senado nacional ha tomado una postura clara y pública, Horacio Sotomayor, del Frente Patriota (Lista 95), quien manifestó su oposición categórica al avance de esta industria en las costas fueguinas.
Sotomayor apuntó directamente contra el proyecto que impulsa Agustín Coto, candidato de La Libertad Avanza, y que cuenta con el respaldo del gobernador Gustavo Melella. El dirigente fue tajante: “No a las salmoneras. Sí a la defensa de nuestra soberanía, de nuestras aguas y de nuestra gente”, expresó.
En un contexto donde la soberanía se discute en cada decisión política, la defensa del mar y de los ecosistemas patagónicos se vuelve un tema central. “Tierra del Fuego no es un territorio más; es la puerta de entrada a la Antártida, el confín del mundo y sobre todo, un santuario natural que nos pertenece y debemos proteger”, señaló Sotomayor.

Los cuestionamientos no son nuevos. Diversas organizaciones ambientalistas y representantes de pueblos originarios han denunciado públicamente que la instalación de salmoneras implica hipotecar el futuro ambiental y social de la región a cambio de un beneficio económico efímero que solo favorece a unos pocos.
Las evidencias internacionales son contundentes. En países como Noruega y Chile, donde esta industria se expandió sin límites, se registraron graves consecuencias: contaminación de aguas, destrucción de ecosistemas marinos, generación de zonas muertas por exceso de nutrientes, y pérdida de especies autóctonas.

“¿Estamos dispuestos a entregar nuestras aguas vírgenes para repetir los mismos errores?”, se preguntan desde La Huella del Sur. Para los sectores que rechazan el proyecto, el mar no debe ser visto únicamente como un recurso económico. Es un legado natural y cultural, base del turismo, la pesca artesanal, la identidad local y la soberanía nacional.
“Permitir salmoneras es rifar lo que nos hace únicos en el mundo. Un mar limpio es trabajo genuino, es vida para toda la región y futuro para las próximas generaciones”, subrayan desde la organización.
El Frente Patriota, a través de la candidatura de Sotomayor, se posiciona como el único espacio político que ha asumido esta bandera en plena campaña. En sintonía con la postura de ambientalistas y comunidades originarias, su rechazo es claro, contundente y sin matices.
El debate ya está instalado. Ahora, la política deberá decidir de qué lado está: si con quienes defienden la soberanía ambiental del territorio o con los intereses económicos que ponen en riesgo uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.