Operación Martillo: el sigiloso y demoledor ataque de EE.UU. a Irán que duró 37 horas y desplegó más de 125 aeronaves
Fue el mayor bombardeo furtivo estadounidense de las últimas décadas. Siete bombarderos B-2 cruzaron medio mundo para golpear objetivos nucleares en Irán con precisión quirúrgica. El operativo, ejecutado con tecnología de última generación, exigió la máxima resistencia de sus pilotos.
Con el nombre clave “Operación Martillo”, Estados Unidos llevó a cabo uno de los ataques aéreos más sofisticados y prolongados de su historia reciente. En una maniobra quirúrgica que combinó sigilo, precisión y un despliegue técnico sin precedentes, el país norteamericano bombardeó tres instalaciones nucleares estratégicas en territorio iraní, marcando un nuevo punto de inflexión en la tensión entre Washington y Teherán.
El operativo, que se extendió a lo largo de 37 intensas horas, involucró a más de 125 aeronaves, entre ellas cazas, aviones de reabastecimiento en vuelo, plataformas de inteligencia y unidades de distracción. El núcleo de la ofensiva lo conformaron siete bombarderos furtivos B-2 Spirit, cada uno con dos tripulantes, que despegaron desde la Base Aérea Whiteman, en Misuri, cruzaron medio planeta, atacaron sus objetivos y regresaron a suelo estadounidense sin haber tocado tierra extranjera.
Más allá del impacto militar, la operación demostró el poder logístico y tecnológico de las fuerzas armadas estadounidenses. Los B-2 —con capacidad de evitar radares y portar armamento de alta precisión— fueron escoltados y respaldados por un entramado aéreo sincronizado al milímetro. Incluso se desplegaron otros bombarderos en direcciones opuestas como parte de un elaborado plan de distracción diseñado para engañar los sistemas de defensa iraníes.
La magnitud y el silencio con el que se ejecutó el ataque sorprendieron incluso a expertos en defensa. Por su duración y nivel de complejidad, ya se lo compara con operaciones icónicas como la Tormenta del Desierto o los bombardeos quirúrgicos sobre Kosovo, aunque con una diferencia clave: esta misión se llevó a cabo sin que ningún piloto descendiera del avión durante todo el trayecto.
Estados Unidos no ha ofrecido declaraciones oficiales detalladas sobre los resultados del ataque, aunque informes preliminares señalan daños significativos en al menos dos centros de investigación nuclear iraníes. Teherán, por su parte, prometió una “respuesta proporcional en el momento oportuno”.