Simjat Torá: el Gran Rabino de AMIA llama a la unidad y a construir una fe desde la luz
En vísperas de la festividad, Eliahu Hamra difundió un mensaje espiritual marcado por la esperanza de paz, la reflexión colectiva y el reencuentro con la Torá.
A pocas horas de celebrarse Simjat Torá, una de las festividades más alegres del calendario judío que marca el cierre y reinicio del ciclo de lectura de la Torá, el Gran Rabino de AMIA, Eliahu Hamra, difundió un emotivo mensaje dirigido a toda la comunidad judía y a la sociedad en general.
Con el recuerdo aún presente de los dolorosos hechos que impactaron al pueblo judío en los últimos años, Hamra expresó que “Simjat Torá nos recuerda que podemos reunirnos como un solo pueblo, sin distinciones ni separaciones, abrazando la Torá con el corazón pleno, como legado eterno”.
En su reflexión, el rabino aludió a la expectativa por la posible liberación de secuestrados y el retorno de cuerpos de víctimas, lo que —dijo— ha desatado “una tormenta intensa de emociones”, y enfatizó la oportunidad espiritual que se abre en este tiempo de esperanza.
Reflexionar también en los buenos momentos
Hamra subrayó que muchas veces las personas se acercan a la fe o crecen espiritualmente como respuesta al dolor o a la crisis. Pero advirtió que también en los momentos de luz, alegría y éxito, es necesario no relajarse ni volver a la rutina, sino “construir una relación nueva con el Creador, no por presión, sino desde una iniciativa interior y auténtica”.
Comparando la relación con Dios con los vínculos humanos, afirmó que “la conexión verdadera se construye desde la luz del rostro y la palabra, no desde la presión”, y llamó a hacer lugar al Creador en la vida cotidiana de cada uno, más allá del cumplimiento formal de las acciones religiosas.
Una oportunidad de unión y gratitud
En este contexto, invitó a la comunidad a vivir Simjat Torá como un momento de unidad, gratitud y alegría profunda, destacando que, durante la última guerra, se vivieron milagros que muestran el cariño del Creador hacia cada integrante del pueblo judío, sin distinción.
“El Creador abraza por igual a todos los miembros de Su pueblo, tanto a quienes guardan las tradiciones como a quienes no lo hacen. Todos pertenecemos a algo más grande que las diferencias cotidianas”, expresó.
Finalmente, el Gran Rabino cerró su mensaje con un deseo compartido:
“Con la esperanza de que pronto llegue el fin de la guerra, Simjat Torá nos une como un solo pueblo, abrazando la Torá como herencia común y símbolo eterno de nuestra identidad”.
