MUNDO

Un plan de neutralidad para buscar la paz entre Ucrania y Rusia

Moscú y Kiev avanzan en una negociación «más realista» que plantea una Ucrania ajena a la OTAN y sin bases extranjeras.


En la tercera semana de invasión; en el día 21 de la embestida rusa sobre Ucrania, el mundo pareció acariciar una suerte de avance «serio» en las negociaciones que Moscú y Kiev mantienen para intentar alcanzar un alto el fuego. Aunque eso no frenó los ataques. La endiablada inercia se mantuvo con destrucción, misiles y al menos 10 civiles muertos en una cola del pan en Chernígov o el bombardeo a un teatro que servía de refugio en Mariupol.

Felices Fiestas

Contradictorio. Pero la negociación no quebró. La dialéctica marcaba su camino por la mañana. Sobre todo la rusa, con un Sergei Lavrov, ministro de Exteriores, que elevaba a rango de titular global textuales como «el acuerdo está cerca» o «se está discutiendo seriamente».

Algo a lo que añadía que el pretendido cara a cara entre Volodímir Zelenski y Vladímir Putin era posible, aunque solo «para llegar a algún acuerdo». No siendo nuevo el mensaje, entre líneas sí quedaba que, a regañadientes, Moscú parecía resignarse a considerar a Zelenski como interlocutor legitimado para que el conflicto escriba un final pactado. Declaración que realizó en una comparecencia junto a su homólogo turco Mevlut Cavusoglu, de visita en Moscú. Cavusoglu metió baza y subrayó que su país «está preparado para acoger esa cumbre».

La sensación generalizada es que, sobre la evolución de las negociaciones, el mensaje oficial del Kremlin sintonizaba este miércoles más que en ocasiones anteriores. El propio Zelenski planteaba, de hecho, que estaban siendo «más realistas». Aunque «difíciles». ¿Una de las claves? El paso que dio él mismo la víspera, el martes, con ese discurso a la nación en el que renunció de forma inequívoca a que su país se integre en la Alianza Atlántica. Lo había venido reivindicando como un derecho soberano. Pero «nos queda claro que no podemos entrar en la OTAN», sentenciaba resignado.

Como en toda negociación el diablo está en los detalles, este miércoles no se advertía una resolución inminente. Aunque sí una primera pista de aterrizaje. Moscú trasladaba que para diluir sus inquietudes de seguridad sobre Ucrania (uno de los pilares en los que el Kremlin sustenta el relato del porqué de su invasión), el país invadido tenía que comprometerse a ser «neutral».

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, concretaba más y apuntaba a países que pudieran servir de ‘ejemplo’ como Austria o Suecia. La renuncia total a la OTAN (ya asumida) junto con el compromiso de no albergar en su territorio bases o armamento extranjero debían ser consustanciales a ese «estatus de neutralidad».

RIO GRANDE

El Financial Times divulgaba por la tarde una especie de borrador, confirmado por tres fuentes implicadas en la negociación, en el que se hacía referencia a «quince puntos» entre los que figuraban los requisitos citados. «Cualquier acuerdo tiene que pasar porque las tropas rusas abandonen Ucrania», insistía Mijailo Pololiak. El asesor presidencial que encabezaba la delegación de Zelenski en la mesa pedía que «Ucrania se encuentra en una guerra directa con Rusia. Por tanto, el modelo solo puede ser ucraniano, no austriaco o sueco. Debe contar además con una base de garantías sólidas en materia de seguridad».

Es decir, explicó, «esto significa que los firmantes de esas garantías no pueden quedarse al margen en caso de ataque contra Ucrania como ocurre hoy y que participarían activamente en el conflicto del lado ucraniano, suministrando inmediatamente las armas necesarias».

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