Preocupación en China: el país asiático que se prepara para producir un potente misil de largo alcance y alta precisión
La producción del Sky Bow IV supera a sistemas anteriores y causa tensión entre las autoridades del gigante asiático.
Taiwán cuenta con unas Fuerzas Armadas y un sistema político, económico y social diferente al de la República Popular China, destacando como una de las democracias más avanzadas de Asia.
Sin embargo, Pekín considera a la isla como una “parte inalienable” de su territorio y en los últimos años redobló su campaña de presión contra ella para concretar la “reunificación nacional”, clave en el objetivo a largo plazo de Xi Jinping de lograr el “rejuvenecimiento” de la nación china. Ante este contexto, una posible escalada bélica.
En un panorama complicado para Taiwán por las crecientes tensiones geopolíticas en la región del Indo-Pacífico, el país se prepara para iniciar la producción en masa de su nuevo sistema de defensa aérea, el misil Sky Bow IV, desarrollado por el Instituto Nacional Chung-Shan de Ciencia y Tecnología.
El Sky Bow IV es una evolución del sistema Sky Bow III, con mejoras significativas en alcance y altitud de interceptación. El misil tiene una capacidad de interceptación de objetivos a altitudes de hasta 70 kilómetros. Además, se rumorea que una de las versiones del misil podría tener un alcance de hasta 1.000 kilómetros.
El sistema completó todas las evaluaciones operativas y verificaciones de producción necesarias. Se espera que la producción en masa comience el próximo año, con la inclusión del Sky Bow IV en el presupuesto de defensa nacional de Taiwán para 2026. Este desarrollo forma parte del Proyecto Strong Bow, una iniciativa para fortalecer las capacidades de defensa aérea del país.
El rol de Estados Unidos en el conflicto entre Taiwán y China
El repunte de la actividad militar china en Taiwán -más de 50 aeronaves del Ejército chino sobrevolaron las inmediaciones de Taiwán en menos de 48 horas- comenzó el mismo día en que Xi Xinping y Donald Trump mantuvieron una llamada telefónica con motivo de las crecientes tensiones comerciales entre ambas potencias.
Durante la conversación, el mandatario chino insistió en que Estados Unidos debe manejar la “cuestión taiwanesa” con “prudencia”, en aras de que los “separatistas radicales empeñados en la ‘independencia de Taiwán no puedan arrastrar a China y a EE. UU. hacia el terreno peligroso de la confrontación e incluso el conflicto”.
Desde hace más de siete décadas, el país norteamericano se encuentra en medio de las disputas entre ambas partes, ya que Washington es el principal suministrador de armas a Taipéi y, si bien no mantiene vínculos diplomáticos con la isla, podría defenderla en caso de conflicto con Pekín.
Esa postura provocó permanentes roces entre Estados Unidos y China, cuyo Gobierno definió a la “cuestión taiwanesa” como la “línea roja” en las relaciones entre las dos potencias.