Xi Jinping y Donald Trump se reunieron en Busan para relanzar las relaciones entre China y Estados Unidos
El presidente chino y su par estadounidense mantuvieron un encuentro de más de una hora y media en Corea del Sur, en su primera reunión desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. Ambos líderes coincidieron en la necesidad de estabilizar los vínculos bilaterales y fortalecer la cooperación económica global.
Ante la mirada del mundo y bajo la luz de las cámaras, el presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, se estrecharon la mano este jueves en la ciudad surcoreana de Busan, durante una esperada reunión bilateral que marcó el primer encuentro entre ambos desde que el líder republicano retomó la presidencia a comienzos de este año.
El encuentro, que se extendió por cien minutos, concluyó con una caminata conjunta y un nuevo saludo entre los mandatarios, en un gesto de distensión luego de meses de tensiones comerciales y estratégicas.
La cita se produjo en un contexto de desafíos económicos globales y crecientes tendencias proteccionistas, y fue interpretada por analistas internacionales como una oportunidad clave para estabilizar la relación más influyente del planeta y renovar la confianza en la economía mundial.
Durante el diálogo, Xi Jinping destacó que, bajo la guía conjunta de ambos gobiernos, las relaciones bilaterales se han mantenido “en una senda estable” y llamó a “mantener el rumbo correcto para que el gran barco de las relaciones entre China y Estados Unidos siga avanzando de manera firme y segura”.
Donald Trump, en tanto, aseguró que los lazos entre ambas naciones “han sido tradicionalmente fuertes y seguirán mejorando”, y expresó su expectativa de construir “un futuro compartido más brillante”.
La reunión de Busan se concretó luego de una serie de contactos diplomáticos y consultas económicas. Antes del encuentro, los equipos técnicos de ambos países se reunieron en Kuala Lumpur, Malasia, donde alcanzaron un consenso básico sobre los principales puntos de fricción comercial, allanando el camino para el diálogo presidencial.
Xi subrayó la importancia de evitar perturbaciones y mantener la comunicación constante para lograr “resultados de ganancia compartida” que beneficien a ambos pueblos y contribuyan a la estabilidad global.
Con el cierre del encuentro, tanto Washington como Pekín se comprometieron a definir los próximos pasos en materia económica y diplomática, en un intento de recalibrar una relación estratégica clave para el equilibrio internacional.
