DEPORTES

Lo quiso River, pero juega “a lo Boca” y sedujo a Scaloni: el camino de Nicolás Valentini a la Selección Argentina


Es un grito desaforado. Cierra su mano derecha y la aprieta fuerte mientras celebra. Parece enajenado. Es el minuto 87 del clásico entre River y Boca en el Monumental, que finalmente terminará con una victoria del Millonario por 1-0 gracias al penal que marcó Miguel Borja, pero Nicolás Valentini festeja que reventó la pelota contra Pablo Solari y Sergio Romero tendrá que reponer el juego desde su arco. Con el resultado puesto, la imagen de euforia del rubio defensor de 1,87 metros se volvió una burla en redes de los hinchas del conjunto de Ñúnez, pero también esos segundos son una prueba irrefutable de cómo vive el fútbol el nacido en Junín, provincia de Buenos Aires.

El marcador central que el 6 de abril cumplirá 22 años es uno de los talentos de Boca Predio y cuenta con el ADN bostero que alguna vez registró Blas Armando Giunta. Durante el ciclo de Jorge Almirón se ganó un lugar en el equipo que llegó a la final de la Libertadores por su entrega y agresividad a la hora de defender, dos características que en Brandsen 805 suelen ser celebradas casi que con la misma vehemencia que una jugada digna de un potrero. “En sus inicios también le gustaba meter trancazos como a veces mete ahora, que cuando hablamos lo cago a pedos porque se le suele salir un poco la cadena. En el Preolímpico estuvo contenido, pero el otro día se fajó bastante con (Lucas) Passerini -en la victoria de Boca por 3 a 2 ante Belgrano-”, asegura Mauricio Gianfrancesco, exarquero de Sarmiento que fue el primer técnico de Valentini en Junín, en declaraciones a TyCSports.com.

El comienzo del zaguero en el fútbol fue a sus 4 años. Lo hizo en el Club Social de Junín y hasta que pasó a Sarmiento fue dirigido por el exjugador que atajó más de 200 partidos con la camiseta del Verde. “A mí me contrató el Club Social para armar una escuelita de fútbol, que fue para que, en los tres meses de verano, los nenes no jodieran a las madres en la pileta. Fue tal el furor que cuando llegó marzo, el fin de la temporada, los dirigentes me ofrecieron seguir y ya llevo 25 años ahí, donde arrancó Nico”, explica Gianfrancesco y completa: “Esa institución no está afiliada a la liga de Junín (Liga Deportiva del Oeste). Siempre jugábamos en forma amistosa con los otros clubes hasta que un día, cuando Nico ya tenía 9 o 10 años, River de Junín se había quedado sin chicos y me llamaron porque si no armaban un equipo los iban a desafiliar por no tener categorías formativas. La propuesta fue que con los chicos que tenía en el Club Social participara como River. Entonces, los seguí dirigiendo, se entrenaban conmigo y la única diferencia era que el fin de semana nos poníamos la camiseta de la Loba y los representábamos. Ahí empezó Nico a jugar de manera oficial”.

Más allá de las cualidades como defensor que lo hacen sobresalir e incluso estar en el radar de equipos europeos, Valentini no nació como central, sino que al principio jugaba de cinco porque tenía claridad para manejar los hilos de su equipo. Recién en Sarmiento, donde estuvo muy poco tiempo ya que luego pasó a Boca, se reconvirtió en marcador central por decisión de su técnico Julián Coppolino. “Era líder, le pegaba muy bien con la zurda y ni hablar cómo cabeceaba. Era muy distinto cómo ganaba de arriba, cómo saltaba. Ya en esas edades se notaba la diferencia”, dice Gianfrancesco, quien todavía juega en el senior del equipo juninense.

El paso de Valentini a Boca se dio después de que los captadores del Xeneize, encabezados por Horacio García, lo vieran en un partido de novena en el que Sarmiento cayó por 2-1 ante el conjunto azul y oro. Gracias a ese encuentro, en noviembre de 2015 fue convocado a un selectivo que se realizó en Casa Amarilla y convenció a los ojeadores. Diego Mazzilli, uno de los cazatalentos, compartió hace un tiempo una conversación que mantuvo con él a través de Facebook en la que el juvenil le preguntó: “¿Cuándo te avisan si quedé?”. El ojeador, quien hace unos meses dejó de trabajar en el club, le anticipó: “Vos ya gustaste, solo hay que hablar con tu club. Seguí entrenando a full, capaz que antes de fin de año volvés”. Mazzilli tenía razón. Al año siguiente se sumó a la institución. Según le reveló García al diario La Nación, previo a que emigrara a La Boca, el juvenil era pretendido por River, pero esta vez el de Núñez: “Un día su madre me llamó y me dijo: ‘Vengan a Junín porque hay interés de River, pero él va a jugar en Boca’”. La decisión de los padres tiene una explicación que se entiende gracias a la confirmación de Gianfrancesco: “En su familia son todos muy simpatizantes de Sarmiento, de hecho su abuelo fue dirigente, pero también muy fanáticos de Boca”.

En las inferiores boquenses Valentini terminó de asentarse como defensor central y ser zurdo en un puesto en el que no abundan jugadores hizo que se destacara desde un principio. Fue capitán en varias categorías y terminó de forjar la personalidad que muestra dentro del campo de juego. “Siempre fue muy buen chico, muy disciplinado. Le gustaba entrenar y quedarse a hacer trabajos con la pelota. En ese momento era el encargado de los tiros libres por la fuerza con la que pateaba. Tenía una personalidad distinta a otros jugadores que tal vez con esa edad les da lo mismo si los citás o no, si ganan o pierden, o si meten un gol o no”, dice Gianfranceso, cuya relación con Valentini excede al fútbol ya que fue compañero de escuela de su hija.

RIO GRANDE

Pero no todo en la trayectoria del defensor fue un crecimiento lineal porque antes de afianzarse en el primer equipo de Boca, donde lleva dos goles en 43 partidos jugados, en 2022 se había marchado a préstamo a Aldosivi por pedido de Martín Palermo, el técnico, al entonces vicepresidente Juan Román Riquelme. En el equipo de Mar del Plata, donde se separó de su compañero de zaga en las juveniles Gabriel Aranda, se convirtió en una de las figuras y, aunque no pudo evitar el descenso, llamó la atención en La Ribera porque el único tanto que marcó con el Tiburón en 39 partidos fue ante Boca en la Bombonera. En el festejo dejó en claro el amor que tiene por el club azul y oro porque juntó las palmas de sus manos y las elevó por encima de su cabeza para pedirles “perdón” a los hinchas. En 2023 había estado a punto de irse porque Diego Martínez, el actual técnico del Xeneize que lo había dirigido en las inferiores de Boca, lo pidió para Tigre, pero finalmente el zaguero se quedó en el club y por las lesiones de algunos de sus compañeros terminó disputando más minutos de los que se preveían en los que mostró un rendimiento sobresaliente.

En su corta carrera, Valentini, que en declaraciones a diario Democracia confesó que en su posición tiene como referentes a los españoles Sergio Ramos y Carles Puyol, tuvo un desarrollo fugaz. Debutó en Primera el 8 de junio de 2021, cuando ingresó por Marcos Rojo en la derrota del equipo de Miguel Russo ante Patronato. Dos meses más tarde, la selección argentina vencía a Brasil por 1-0 en el Maracaná y obtenía un título tras 28 años. Empezaba a consolidarse el exitoso ciclo de Lionel Scaloni. Casi tres años después, el zurdo central se ganó un lugar sorpresivamente en la lista de los campeones del mundo para los amistosos ante El Salvador y Costa Rica por las lesiones de Lisandro Martínez y Marcos Senesi. Gianfranceso se sincera: “Te mentiría si te digo que pensaba que iba a llegar a la selección, pero es la ilusión que tiene cualquiera para con un jugador que ha pasado por sus manos y quiere que llegue lo más lejos posible”.

A pesar del paso del tiempo mantiene un gran arraigo con su pasado y suele visitar su ciudad de origen cuando tiene tiempo libre. También continúa en contacto con sus exentrenadores, en especial Gianfrancesco, con quien habla a menudo y le ha regalado las camisetas de Aldosivi, Boca y ya prometió llevarle una de la selección. Después de su gol de cabeza ante Racing, que marcó la victoria de Boca por 4-2, el central de 22 años recibió un mensaje de su primer entrenador. Era una foto que lo capturaba en el preciso momento en el que pareció levitar ante Nazareno Colombo antes de impactar la pelota con su cabeza. “¿Quién te habrá enseñado a cabecear así?”, le preguntó con complicidad. Valentini la vio y se rió.

Volver al botón superior